sábado, 24 de mayo de 2008

EL VALOR DE LA TIERRA

La tierra es sustrato y sustento del medio rural y en torno a su existencia física y a sus potencialidades se han configurado hechos sociales y políticos a lo largo de gran parte de la historia de la humanidad. Antes de Cristo, Josué sucesor de Moisés, guió al pueblo de Israel en la invasión y conquista de Canaá y en un acto de gobierno, repartió la tierra entre sus tribus. Narra la Biblia: “consíganse tres hombres de cada tribu y déjenme enviarlos para que recorran y midan la tierra y delineen mapas de acuerdo con su herencia y que vengan a mi”. (Josué 18:4) A los sacerdotes no les dio tierra porque consideró que no les era compatible con su fuero, porque para ello tenían el cielo; y a las tribus de Gad y Rubén tampoco, porque ya Moisés les había asignado lo suyo. Hoy, dos mil quinientos años después, la tierra de Israel sigue siendo objeto de disputa y factor de preocupación para la paz mundial.
La historia de Republica Dominicana, como parte de la historia humana, también está íntimamente ligada a circunstancias que han rodeado las cuestiones de tierras. La encomienda, encargo administrativo otorgado por el Rey de España a quienes en su nombre tomaron posesión de las tierras del nuevo mundo por ellos “descubierto”, adhería a la noción administrativa de tierras de la corona, en virtud del poder delegado de fuerza ocupante sobre éstas mismas tierras. A la apropiación privada que hizo la corona española, le sucedieron la asignación de tierras por parte del Estado a favor de quienes participaron en las guerras de independencia. En los últimos tiempos mediante concesiones territoriales a particulares que las han requerido para el desarrollo de proyectos de interés económico multinacional. Esta dinámica ha ido quitando tierra, espacio vital para la población y consolidado una de las más altas concentraciones de la propiedad de la tierra a la que le es inherente el poder político expresado en gamonalismo y/o en el poder coercitivo que defiende intereses económicos particulares, no siempre producto de actividades lícitas.

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